En el caso de Matarromera, la apuesta por el vino sin alcohol encaja, además, en su política de diversificación y en su filosofía de renovación e investigación a partir de todos los productos y derivados de las actividades agrícolas del grupo, y sobre todo del vino.
La obtención de este producto sin alcohol es el resultado de un trabajo desarrollado en colaboración con el Instituto Tecnológico Agrario y la Estación Enológica de Castilla y León que se inició en 2004 y en el que se han invertido unos siete millones de euros.
A partir de esos trabajos se ha construido una planta industrial, según su presidente y accionista mayoritario, Carlos Moro, única en el mundo, con una inversión de otros cinco millones de euros, donde se desarrolla el proceso de transformación.
Para la obtención de esos vinos se parte de la producción de una uva de baja graduación, variedad verdejo para el blanco de Rueda y tempranillo para los tintos. Por un proceso de decantación molecular se lleva a cabo una desalcoholización del vino, separando el alcohol y el 80% de los aromas.
Posteriormente, se lleva a cabo la reconstrucción organoléptica del mismo con la incorporación de los aromas para lograr que ese producto ofrezca unas sensaciones al paladar y al olfato similares a las que proporciona el vino.
En la actualidad, la bodega comercializa este producto sin alcohol bajo las marcas EminaSin y EminaZero, unas 200.000 botellas, de los 3,5 millones de botellas que vende el grupo. El objetivo para los próximos cinco años es llegar a los cuatro millones de botellas.La producción se concreta en vinos blancos, rosados y tintos jóvenes, aunque en tintos hay una oferta de un vino sin tras 12 meses en barrica." (El País, Negocios, 01/05/2011, p. 14)
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