Entonces, ¿por qué no intentarlo con el crowdfunding?
El sistema, que consiste en recoger fondos mediante microfinanciaciones a través de Internet, confía la realización de una iniciativa a la actitud colaborativa de los internautas, el pueblo de la web social. Hay que aprovechar los huecos de la Red para colar proyectos, usar lo que se denomina wikiestrategias.
La práctica se inspira en los principios del crowdsourcing (palabra acuñada por el escritor Jeff Howe y el editor de la revista Wired, Mark Robinson), que consiste en externalizar diversos tipos de trabajo intelectual, utilizando el potencial de la multitud conectada a Internet.
Identificado por The Wall Street Journal como una posible alternativa a los capitales de riesgo, el crowdfunding se está multiplicando en diversas plataformas, como IndieGoGo para el cine, Sellaband para la música y Kickstarter para todo tipo de proyecto artístico y cultural.
También hay colectivos directamente dirigidos al panorama español, como Verkami, fundada en Cataluña por un biólogo, un historiador del arte y un físico, y Lánzanos, creada por tres veinteañeros.
El crowdfunding es uno de los aspectos del crowdpower, el poder de la multitud, una de las principales tendencias contemporáneas (...)"Los protagonistas del cambio ya no son los héroes culturales, sino las multitudes conectadas", asegura Silvia Mion, responsable de la filial italiana de Zooppa.com, una plataforma que apuesta por un nuevo modelo de publicidad, basado en campañas realizadas por los usuarios de la comunidad, sean o no profesionales.
Zooppa, que ya cuenta con más de 100.000 suscritores y 150 campañas para marcas como Google, Nestlé o Microsoft, lanza competiciones en las que pueden participar todos los usuarios registrados.
Si el área de acción de Zooppa es la publicidad, la de Nextstyler.com es la moda. La estrategia es parecida: se lanza una competición donde los jóvenes estilistas participan con un boceto que es sometido a la valoración de la comunidad.
El traje ganador es producido sin coste por parte del diseñador, que obtendrá un porcentaje sobre las ventas realizadas directamente a través de la tienda online del sitio.
"En Nextstyler los propios usuarios crean, votan, producen y compran. Es la comunidad ideal para los adictos a la moda, que buscan siempre ropa sorprendente, innovadora y exclusiva", indica Mary Palomba, fundadora del proyecto.
Su propósito es dar vida a una marca de moda, en la que los futuros compradores son involucrados (a través de su voto) en la realización de los productos.
Sin embargo, no todo lo que atañe las nuevas formas de wikiculturas es positivo. Estas prácticas abren el debate sobre la explotación laboral de talentos, el incremento de la precariedad en las profesiones creativas y, a largo plazo, incluso la posible desaparición de los profesionales de la creatividad.
Lo explica el economista italiano Alberto Cottica, experto en políticas culturales, autor del libro Wikicrazia y creador de Kublai, una comunidad para poner en contacto personas e instituciones públicas. Opina que "en muchos casos el problema del desarrollo creativo radica en la falta de interlocutores.
Mucha gente tiene ideas brillantes, pero no sabe a quién contárselas y nosotros promocionamos el encuentro en un espacio virtual seguro y orientado al resultado". (El País, 07/05/2011, p. 50)
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