"Tienen apenas 18 años y llama la atención que
la tengan tan pero tan clara. Los protagonistas son tres estudiantes de la
escuela Industrial: José Almada, Guillermo Ibáñez y Jorge Pérez. Los chicos
crearon la prótesis de una mano con una impresora 3D.
Pero el invento no
termina ahí. Es que la prótesis podrá conectarse a los nervios del antebrazo
gracias a unos sensores, lo que permitirá el movimiento voluntario del miembro
superior. Gracias a este invento estarán en Tecnópolis.
La creación no llegó de la nada. Llevan años
estudiando en una de las escuelas técnicas más prestigiosas. Una de las
materias del último año se llama Proyecto Final y para aprobarla deben
presentar un proyecto justamente. "Quisimos presentar algo diferente,
innovador, nos fijamos en las problemáticas sociales y así decidimos crear la
prótesis de la mano”, contó Guillermo, uno de los inventores.
En un principio, pensaron crear un prototipo
de un brazo pero había muchas prótesis similares. Entonces se decidieron por
enfocarse en crear una prótesis de una mano con movimiento voluntario, es decir
que lo dirija el propio paciente que perdió el miembro.
"Cuando te cortan una mano quedan los nervios.
La idea fue aprovechar los impulsos nerviosos, se aprovechan esas señales
eléctricas a través de sensores y la prótesis se mueve como el paciente lo
requiere”, indicó José.
Para llegar a semejante creación investigaron
muchísimo. Cuando hablan, se nota que están híper informados y explican de modo
sencillo las características de este prototipo que podría ser llevado a la
realidad y costar muchísimo menos que uno de los que se vende en el mercado
actualmente (los precios no bajan de los miles de dólares).
La prótesis tomó forma gracias a una de las
dos impresoras 3D que tiene la Universidad Nacional de San Juan. En el proceso
tuvieron el apoyo de profesores y profesionales con quienes se fueron
encontrando a lo largo del proceso de investigación. El trío destacó la ayuda
de Leo Farías, de la bioingeniera Natalia López y del arquitecto Facundo Vila.
La prótesis hará tres movimientos, que tal
como se explicó, podrán ser ordenados por el propio paciente. Los sensores que
tiene llegan desde Europa y los motores (son tres: uno controla el pulgar, el
otro el índice y el otro el resto de los dedos) son de Buenos Aires y están
próximos a llegar.
El proyecto está en su punto medio, el
prototipo de la mano ya fue creado y ahora resta probarlo con los motores y los
sensores instalados. Para este último paso el trío se informó tanto que
aprendieron sobre anatomía humana un montón.
Es tan importante el adelanto, no sólo en
términos científicos sino también en términos sociales, que el invento de los
chicos fue elegido en el concurso INNOVAR para ser expuesto en Tecnópolis,
Buenos Aires.
Los chicos no son unos improvisados, todos se
han destacado por la creación de proyectos innovadores. Incluso uno de ellos,
José Almada, viajó a México porque fue uno de los inventores de una alerta
temprana para sismos.
"El nombre del proyecto es "Dar una mano” y
esa es la idea, acercarle a la gente una prótesis más accesible que permita que
tengan una mejor calidad de vida a pesar de haber perdido un miembro del
cuerpo”, agregó José.
A la hora de las fotos, el equipo de Tiempo
fue al aula de los chicos. Junto a sus compañeros de curso se sacaron varias
fotografías. No hubo egoísmos sobre quién debía o no salir en la imagen. Ese
mismo espíritu los llevó a crear esta prótesis. Unos capos." (Tiempo de San Juan, 01/10/16)
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