"El despegue del autoconsumo fotovoltaico en España supondría
importantes mejoras en el sistema eléctrico y ayudaría a que nuestro
país retomase el papel que tuvo en el desarrollo de las energías
renovables, especialmente en el lustro 2004-2009.
Entre esas mejoras
estarían, en primer lugar, las relacionadas con la generación renovable:
una importante disminución de emisiones de gases de efecto invernadero y
otros contaminantes asociados a la producción de electricidad, la
reducción de las importaciones de combustibles fósiles y la reactivación
del mercado laboral en este sector.
Por otro lado, el autoconsumo tiene
asociadas una serie de ventajas propias como son un significativo
ahorro de energía, ya que la producción de electricidad tiene lugar muy
próxima a su consumo; la democratización del sistema eléctrico ligada al
aumento del número de generadores particulares; y la concienciación de
los ciudadanos, que se convierten al mismo tiempo en productores de la
energía que consumen.
Si en España hoy no existen cientos de miles de instalaciones de
autoconsumo no es porque el recurso solar sea insuficiente o porque el
precio de los paneles fotovoltaicos no sea competitivo. La causa
principal es la existencia de sucesivos borradores de Real Decreto
promovidos por el Gobierno del PP (en julio de 2013, y en junio y agosto
de 2015) cuyas draconianas condiciones obstaculizan el desarrollo de esta forma de producción de electricidad. (...)
el objetivo de este artículo es avanzar un paso más y describir lo
que, en opinión de los autores, sería una legislación sensata que
permitiese realmente el desarrollo del autoconsumo en España.
1) En primer lugar, una legislación sensata debe incluir la exención de cualquier imposición para la energía autoconsumida instantáneamente,
que nunca hace uso de la red eléctrica, porque esta energía no supone
ningún coste para la red ni exige modificarla en modo alguno.
2) La energía que el autoconsumidor vierta a la red eléctrica
debe ser justamente retribuida por parte de la empresa comercializadora.
Para ello proponemos que cada kilovatio-hora vertido a la red por el
autoconsumidor se acumule en un saldo que se vaya cancelando con la
energía importada de la red. Esto tiene sentido ya que la empresa
comercializadora está vendiendo a otros consumidores la energía que es
vertida a la red por las instalaciones de autoconsumo, y por la cual la
comercializadora no ha pagado nada.
Por tanto, lo razonable es que la
empresa comercializadora solo facture al autoconsumidor cada mes el
balance resultante (energía importada menos exportada) vendiéndole esos
kilovatios-hora al mismo precio al que venda la electricidad al resto de
sus clientes.
En realidad, existe otra forma de hacer el balance que merece ser
considerada, en la cual se incluye la variabilidad horaria del precio
del kilovatio-hora intercambiado con la red. En esta modalidad, en lugar
de un balance mensual energético (kilovatios-hora intercambiados) se
realizaría uno monetario (balance del precio de los kilovatios-hora
importados menos exportados). Por simplicidad, en lo que sigue
describiremos solo el funcionamiento con balance energético, pero todo
es análogo para la modalidad con balance monetario.
3) El hecho de entregar energía a la red eléctrica en los momentos en
que tenemos un excedente de generación para posteriormente usar esta
energía cuando no tenemos generación es similar a usar la red eléctrica a
modo de batería.
Por ello, es sensato que exista un pequeño ‘peaje de intercambio’, que gravará solo los kilovatios-hora que se han intercambiado con la red.
Ahora sí, este peaje – destinado a sufragar costes de las redes
distribución y, en menor medida, de las de transporte – se aplica a la
energía que realmente hace uso de ellas.
4) Puede darse la situación de que, durante un mes, una instalación
de autoconsumo vierta a la red más energía de la que consume de ella; en
tal caso, tendrá un saldo de energía positivo que podrá acumular para
ser usado en épocas del año en las que la generación sea menor que el
consumo.
Este saldo debe de tener una cierta caducidad para
fomentar que el dimensionado de las instalaciones se haga de acuerdo con
el consumo esperable, evitando así instalaciones cuyo objetivo
principal no sea el autoconsumo sino entregar energía al sistema
eléctrico y obtener beneficios. Nosotros proponemos que la caducidad sea
anual, de modo que complete un ciclo estacional y permita compensar la
alta generación estival con la menor generación durante el invierno.
Transcurrido un año, si existe un remanente de energía exportada a la
red (y no consumida), este será retribuido, a partes iguales, al
autoconsumidor, a la comercializadora [1] y a un fondo de lucha contra
la pobreza energética.
5) Otro factor importante para el fomento del autoconsumo es permitir instalaciones de autoconsumo pertenecientes a una comunidad de usuarios;
por ejemplo, una instalación en la azotea del edificio de una comunidad
de vecinos. Desde el punto de vista de la legislación, se considerará
una única instalación y dicha comunidad deberá gestionar internamente
los consumos y pagos de sus miembros, de la misma forma que en la
actualidad muchas comunidades de vecinos gestionan el suministro de agua
para todo el edificio.
6) Por supuesto, nuestra propuesta legislativa incluiría un registro ágil y simple de las instalaciones evitando
la kafkiana situación recogida en el último borrador del Gobierno donde
la instalación de un par de paneles en un tejado requiere un
desmesurado esfuerzo burocrático.
En particular, las instalaciones que
por su diseño no viertan electricidad a la red podrán ser conectadas
según recoge el Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión, como ya se ha hecho en el pasado en algunas Comunidades Autónomas,
sin necesidad de solicitar un permiso. Las instalaciones basadas en
este reglamento no supondrán de hecho ningún sobrecoste al sistema
eléctrico ni aumentarán la componente regulada de la factura.
La somera descripción anterior incluye los aspectos más importantes
de lo que consideramos una propuesta de autoconsumo sensata; es decir,
una propuesta que reconoce simultáneamente las ventajas intrínsecas del
autoconsumo, el papel de la red como acumulador de energía para estas
instalaciones y la labor que las comercializadoras pueden jugar en su
desarrollo. Esperamos que sirva para propiciar un debate constructivo
entre los actores del sector eléctrico, la sociedad civil y los partidos
políticos.
Con la bajada de costes que está experimentando la tecnología
fotovoltaica y en un país con abundante recurso solar como es España, el
pistoletazo de salida que permitirá un espectacular crecimiento del
autoconsumo no será necesariamente una gran inversión pública, sino tan
solo y simplemente la voluntad política de aprobar una legislación que
de verdad posibilite este desarrollo. La voluntad política de poner la
sostenibilidad ambiental, económica y social, y en definitiva el bien
común, por delante de las beneficios de unas pocas multinacionales."
(Marta Victoria, Manuel Castillo, Íñigo Ramiro, José Luis Velasco, Iván Calvo, Cristóbal Gallego y Rodrigo Moretón, Observatorio Crítico de la Energía y Círculo Economía, Ecología, Energía de PODEMOS, Attac Madrid, 18/09/2015)
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