10/11/14

La impresión 3D contribuye a la horma de los zapatos de la Reina de España


Dos diarios españoles, El Mundo y La Razón, han publicado sendos reportajes sobre los zapatos que calza la Reina de España, doña Letizia Ortiz, cuyo fabricante preferido es una firma de la localidad alicantina de Elda llamada Magrit, la cual también se vale de la impresión 3D para culminar con éxito su delicada labor.

La familia alicantina de artesanos del calzado guarda  silencio. Prefiere que sea su trabajo el que hable.Aun así, según ha podido confirmar La Razón, doña Letizia cuenta con su propia horma en la casa alicantina, hecha a partir de su pie y adaptada a las particularidades de su fisionomía. 

Se trata de un molde que corresponde en su longitud a un 37 clásico. La especificidad de la plantilla de la Reina es que es algo más estrecho de lo normal, de tal manera que el zapato se pule para que se ajuste al detalle y permita un mayor movilidad sin que provoque rozadora alguna.

La creación de la horma de Doña Letizia se llevó a cabo como el de cualquier otra clienta que solicite un zapato a medida. Con el prototipo de la horma –actualmente se digitaliza e incluso se materializan en impresoras 3D–, se crea un primer modelo con los materiales correspondientes, se realiza la correspondiente prueba de calce, se hacen las correcciones si fuera necesario y finalmente se fabrica el zapato.

Se siguen procesos donde se combinan técnicas mecanizadas con la tradición artesanal manteniendo las mismas fases que se seguían en los talleres de hace unos cien años. En concreto, el proceso de adaptar las distintas partes del zapato de la Reina a la horma –lo que se conoce como hormar–, sigue siendo responsabilidad de un zapatero que lo realiza a mano, a golpe de martillo y lija.

 «Salvo que haya un cambio de peso significativo o que se hinchen los pies por la edad, esta horma vale de por vida porque es raro que se modifique la estructura del pie, esto es, las medidas de calce, puente y longitud», detalla Hermelando Albert, maestro artesanal del Museo del Calzado en Elda.


Con la horma fabricada, el reto más complicado viene a la hora de adaptar esa horma a una de las peticiones de la clienta real: la gran altura de sus tacones para compensar los 30 centímetros de diferencia de estatura con respecto a Don Felipe. Y eso que Doña Letizia mide 1,67, es decir, seis centímetros más que la media de las españolas.

 Este desafío no es sencillo: un tacón que en ocasiones supera los 12 centímetros y con el e que ha de moverse en actos oficiales durante varias horas sin que la espalda y el propio pie y la espalda no le pasen factura. «Lo máximo que puede soportar una mujer normal son ocho centímetros, salvo que estén entrenadas, algo que no suele ser habitual debido a la tendencia a llevar calzado deportivo y bailarinas. 

Con una hora al día de entrenamiento es suficiente para aprender a llevar tacones. En el caso de Doña Letizia, podemos decir que el hecho de llevarlos a diario le permite no sólo caminar con elegancia, sino aguantar con ellos largas jornadas de trabajo luciéndolos. 

Esos ocho centímetros, con plataforma se pueden llegar a convertir en doce como máximo para que se compense el peso, pisando hacia adelante el 75 por ciento de su peso y dejando atrás el otro 25», explica Albert, que recomienda no forzar continuamente esta altura». 

Tener una horma es la garantía de que el zapato quede como un guante, se sufra menos y haya menos sensación de cansancio, pero hay que evitar llevar siempre el tacón al límite», insiste.

Lo cierto es que Doña Letizia cuenta con sus propios trucos. El día de la proclamación comenzó la jornada con el modelo Leonor, de 10 centímetros de tacón que llevaban oculta una pequeña cuña bajo el forro. 

Aun así, durante el besamanos decidió cambiar y tiró de los «peep toes», rebautizados «letizios», con una mayor plataforma que permitiera mantener la altura sin suponer una pérdida de estabilidad ni forzar el pie. Unos y otros se mueven en torno a los 200 euros el par.


Lo cierto es que resulta coherente y práctico que Doña Letizia haya apostado por un modisto y un zapatero de cabecera con el que configurar sus «looks» oficiales, en tanto que el conocimiento que tienen sobre su clienta y la confianza de ella con sus proveedores hace el trabajo más rápido. 

Conocen casi a la perfección sus gustos personales de la Reina así como las exigencias que marca el protocolo para cada uno de los actos en los que tiene que tomar parte. De la misma manera, no hace falta tomar medidas y se hacen las pruebas imprescindibles lo que permite a la Reina. 

Eso no quita para que tanto Varela como los Magrit se desplacen a Zarzuela si la ocasión lo requiere. En el entorno de Zarzuela comentan que no le preocupa en absoluto repetir zapato. Es más, no solicita uno nuevo de sus clásicos de referencia hasta que no está verdaderamente gastado y amortizado. (...)"           (Imprimalia, 29/07/2014)

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