Matriz muscular: Esta imagen, hizo uso de la microscopía confocal, presenta varias capas delgadas de un polímero elástico (púrpura) y el tejido muscular entretejido (verde) formadas a partir de las células del corazón de ratas neonatales
"Investigadores construyen estructuras de polímeros para comenzar a
desarrollar tejidos del corazón en tercera dimensión. La fabricación se
da capa por capa, para poder estudiar con precisión las señales
tridimensionales de las células de unidad para formar los tejidos y que
sirvan como base para desarrollar el tejido del órgano implantado.
Falta camino por recorrer ya que las arquitecturas celulares
altamente ordenadas que permiten el funcionamiento de nuestros órganos
son difíciles de reproducir; y los ingenieros de tejidos sólo pueden
construir tejidos tridimensionales simples.
El tejido es “cultivado” en un
laboratorio y está compuesto por material elástico o gelatinoso con
células destinadas a convertirse en tejidos específicos.
Las células individuales se unen para formar fibras multicelulares, y éstas forman láminas de tejido, dice Martin Kolewe,
investigador postdoctoral en el Instituto de Ingeniería Médica y
Ciencias del MIT. Su investigación se basa en dos dimensiones, pero
junto con la investigadora Lisa Feed del Draper Laboratory, ha propuesto
desarrollar una manera de controlar con mayor precisión el diseño de
redes de poros, y con esto añadir una tercera dimensión.
La demostración más destacada
ha sido que se pueden producir “grupos entrelazados parecidos al
músculo” gracias a células musculares de ratones y células cardíacas
neonatales de ratas.
Así mismo, demostraron que se puede controlar la orientación
direccional de los grupos y que el tejido construido por células del
corazón puede latir respondiendo a estimulación eléctrica.
Aún hay que superar retos de ingeniería poco alentadores pero este
trabajo podría representar un importante paso dentro del tejido cardiaco
implantable para los seres humanos.
El tejido que se cree debe ser
más grueso y con mayor red vascular para evitar que muera. Es de suma
importancia que sea diseñado para cumplir con su función principal como
músculo cardíaco.
Kolewe y Freed afirman que su sistema ha creado “un nuevo espacio de
diseño” gracias al nivel de control que ofrece sobre la disposición de
las redes de poros. Este sistema ayuda a investigar con mayor precisión
los factores tridimensionales que afectan a la alineación celular y
formación de tejidos. También plantean la posibilidad de comprobar la
viabilidad de su proyecto implantando tejidos construidos en corazones
de ratas después de haber sufrido un ataque al corazón." (Adelaida De Villa, Redacción, En Positivo, Fuente: MIT Technology Review)
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