30/11/12

Las aplicaNciones de Drexler, para que cada usuario componga su propia canción, eligiendo una u otra estrofa, uno u otro instrumento musical




"Como un caleidoscopio. Así funciona, a muy grandes rasgos, 'N' la aplicación musical lanzada por el cantante Jorge Drexler. La idea principal es que cada usuario componga su propia canción, eligiendo una u otra estrofa, uno u otro instrumento musical. Una suerte de puzle de experiencias en el que todas las piezas musicales encajan y sólo se trata de combinarlas en función del gusto y la voluntad de cada uno.

¿Y por qué se llama 'N'? Porque se compone de canciones combinatorias cuyo contenido (estrofas, arreglos musicales, instrumentos) se pueden combinar 'n' veces. "A veces las cifras son tan inconcebibles como 10 elevado a 27 posibles versiones de una misma canción", explicaba Drexler durante la presentación en Madrid.

La app, disponible de forma gratuita para iOS y Android (Samsung apps), contiene de momento una canción, la 'n1', que el autor ha titulado 'Habitación 316'. Se pulsa sobre ella y aparece una esfera azul en la que el usuario va eligiendo las estrofas que quiere que Drexler le cante y si desea que lo haga en versión acústica o no; en inglés o en español. 

La probabilidad de repetir la misma combinación es casi nula ya que cada vez que comienza la canción, su contenido estará distribuido de forma distinta. "Al girar los círculos de la letra, se podrán obtener hasta 10 elevado a la 27 versiones diferentes de la canción. Para hacernos una idea, eso es un número bastante mayor que la cantidad estimada de estrellas que hay en todo el Universo", explican sus desarrolladores, la empresa Wakeapp!

'N1' comienza así: "Cuando despertó en la ventana había cambiado ya la estación. Tú durmiendo y yo mirándote dormir". O así: "Ni si quiera sé tu nombre. Ni si quiera sé tu nombre. La penumbra. Rumbo a lo desconocido, paso a paso deteniendo aquel instante".

 O millones de combinaciones distintas.

"Aquí la canción funciona como la memoria biológica, que no es fija y va cambiando [...] De hecho, el tema habla de los recuerdos de una noche, que suelen ir variando con el tiempo", recalca el artista uruguayo. 

Estas 'aplicaNciones' o 'canciones intervenibles', como las han bautizado desde Warner Music, resultan únicas y parecen estar llamadas a revolucionar el mundo de la música. La app y las combinaciones que se quieran realizar son gratuitas, sólo hay que pagar -un euro- cuando se quiere compartir nuestra versión en las redes sociales o guardarla como 'mp3' en nuestro dispositivo.

"Estoy contento de haber dejado de quejarme y de buscar cosas buenas en este nuevo tipo de formato [...] La tecnología da y la tecnología quita", afirma Drexler. "Al fin y al cabo, más que canciones son experiencias y eso no se puede piratear".

En pocos días, el 11 de diciembre, habrá una primera actualización de 'N'. Vendrá de la mano de una nueva experiencia, la que aportará la canción 'n2' o 'Madera a la deriva'. En este caso, no será tan importante la letra como los instrumentos. Drexler canta 'a capella' y el usuario va añadiendo los instrumentos musicales.

 Con una salvedad. Estos acompañamientos, de viento, cuerda y percusión, se irán activando por geolocalización. Es decir, para contar con la orquesta entera -que, por cierto, corresponde a la sinfónica de Euskadi- hay que abrir la app en distintos puntos geográficos.

"Cada 500 metros se puede liberar un nuevo instrumento, es como un juego y el usuario es como el director de orquesta", explica Drexler. Y añade: "Es una canción que habla de cómo el ir sin dirección fija en la vida es algo que te va formando. Nosotros aprendemos de la deriva y está canción también va aprendiendo del movimiento".

La tercera 'aplicaNción' todavía es un prototipo y no está prevista su fecha de lanzamiento. Sí se sabe su título, 'Décima a la décima' o 'n3', que su contenido irá variando en función de la hora del día y que se podrá elegir entre distintos intérpretes (Xoel López, René de Calle 13, Kiko Veneno, Kevin Johansen o el propio hermano de Drexler).

"Éste no es un proyecto tecnológico, sino un conjunto de canciones no lineales, en la creación de las cuales, la tecnología fue una herramienta poética y no un fin en sí misma", aclara Drexler."      (El Mundo, 29/11/2012)

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