Esa cantidad equivale justo a una tercera parte de lo que se embolsaron los patrones del joven medio digital tras vender la cabecera al gigante AOL, hace ahora dos meses.
El protagonista de la acción legal, iniciada este martes en un tribunal federal en Manhattan, es Jonatahn Tasini. Es uno de los miles de colaboradores que ponían sus textos a disposición del influyente portal dirigido por Arianna Huffington, sin cobrar.
La cantidad que reclama es una estimación de los que lo escritores no recibieron de la empresa. La suya no es la única acción judicial.
Pero hay más. Como señalaba The New York Times en su blog sobre medios, el caso pone en el centro de atención los derechos de los escritores en la era digital. Tasini, un conocido activista sindical, ya lideró una demanda colectiva hace justo una década contra el Times para proteger los derechos de los periodistas freelance, que llegó al Tribunal Supremo.
En este sentido, explica que con su acción legal -que espera consiga el estatus de demanda colectiva- busca establecer un estándar para que los creadores de contenidos a partir de blogs puedan tener un medio de subsistencia.
Y señala que "The Huffington Post no sería nada sin los blogueros que crean el contenido". El portal, que funciona como un agregador, cuenta con cerca de 6.000 blogueros que no cobran.
El medio digital nació en 2005. Ahora es una de las cabeceras más poderosas en la arena digital. Desde el portal se limitaron a responder a la demanda diciendo que las alegaciones no tienen base, porque no está muy claro que se pueda atribuir el valor del medio al contenido que aportan estos escritores.
Y recuerdan a los blogueros que esta plataforma les ayuda a dar visibilidad a sus puntos de vista, "para llegar a la mayor audiencia posible".
La demanda solicita que se exija al Huffington Post que publique información detallada sobre el tráfico que registra el portal y cuánto es atribuible a los blogs asociados.
Tasini, que dejó de escribir para el portal el 10 de febrero, acusó a Arianna Huffington de ser una propietaria que trata a los blogueros como "esclavos de la era moderna en su propia plantación". (El País, 13/04/2011, p. 33)
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