25/4/19

El hombre que fabrica las prótesis más hermosas





"Scott Summit creció admirando a Steve Austin, el hombre de los seis millones de dólares, el personaje que interpretaba el actor Lee Majors en la mítica serie de televisión de los años setenta.

 En aquella ficción, preñada como todo en la época con la paranoia de la Guerra Fría pero también con la ingenuidad del optimismo tecnológico, el piloto de pruebas y astronauta Steve Austin sufre un terrible accidente durante una misión perdiendo las dos piernas, un brazo y la visión del ojo derecho. 

De aquella tragedia, sin embargo, gracias a la ciencia surgirá un ser nuevo, un hombre biónico dotado de una fuerza enorme, una gran velocidad y una visión extraordinaria. Un héroe con extremidades postizas que, lejos de avergonzarse de ellas, lo que hace es sacar partido de las mismas.


Aquel personaje de ficción dejó una huella imborrable en Summit quien, años después, se ha convertido en el diseñador de las prótesis más hermosas del mercado. Un adjetivo y una cualidad (la belleza) que rara vez se puede utilizar para describir lo que la mayoría de personas viven como un estigma. Y es que, como el propio Summit reconoce, hasta la llegada al mercado de sus diseños, las prótesis podían considerarse unos excelentes aparatos desde el punto de vista de su utilidad, comodidad, precisión y calidad de los materiales, pero nadie mostraba orgulloso una pierna ortopédica. 

Más bien al contrario, la gente tiende a esconder sus prótesis, intentando disimular de la mejor manera posible la ausencia de uno de sus miembros y esto es porque esas prótesis no son únicas y eficientes, no están adaptadas a la personalidad y el gusto de cada uno de los pacientes.

 Formado como diseñador industrial, antes de dedicarse a la fabricación de prótesis, Summit trabajó para algunas de las marcas más destacadas en el campo del diseño de sus productos como Apple o Nike. 

A esta experiencia previa le suma una mirada muy especial sobre el cuerpo humano, al que considera hermoso y eficiente, algo que va más allá de lo meramente mecánico, para convertirlo en lo que él llama escultura en movimiento.

 “La impresión en 3D ofrece una gran oportunidad para crear no solo diseños impresionantes y hermosos, sino el tipo de diseño que puede cambiar vidas” asegura Summit. Cada uno de los diseños de Summit son completamente originales y parten de una aplicación que obtiene una imagen digital de la persona para la que se está diseñando la prótesis.

Summit, que sitúa su trabajo en la intersección entre las necesidades humanas y la tecnología, cree que “una prótesis no sirve únicamente para evitar que te caigas, una prótesis debe hacerte prosperar”, porque al final su misión no es una mera tarea mecánica, sino conseguir que “una persona sienta que es hermosa de nuevo”.           (Pedro García Campos, El País, 11/04/19)

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