Unasur no pretende crear una fuerza armada de corte clásico, al estilo de la OTAN. En una parte de la región donde los nacionalismos son tan fuertes y los roces fronterizos tan habituales, sería inviable. Haber superado esos inconvenientes, sin embargo, es uno de los motivos que más entusiasmo han generado, según analistas militares que han seguido de cerca el proceso de gestación del consejo.
Con esta iniciativa se pretende acabar con algo tan arriesgado y complejo como las tentativas de conflicto, minimizar cualquier fricción entre los países de América del Sur. Hay quien considera que a través de este organismo se puede llegar a perfilar una política de defensa y seguridad conjunta. Hasta lograrlo habrá que seguir una hoja de ruta, un "plan de acción", según el ministro chileno, que se perfilará estos días en Santiago. Reforzar la cooperación militar, coordinar misiones humanitarias y operaciones de paz e incluso la futura creación de un instituto de defensa en Sudamérica son algunos de los objetivos. La lucha contra el narcotráfico no está ni estará en la agenda, a menos a corto plazo. "Buscamos la convergencia de intereses. Para algunos países es un tema policial, no militar; no queremos que haya injerencias en la manera de actuar", justifica Goñi." (El País, ed. Galicia, Internacional, 09/03/2009, p. 4)
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