4/2/19

Resección de un tumor en el tórax con la ayuda de la impresión 3D


"Un varón de 64 años del Hospital Universitario de Donostia presentaba un complicado tumor en la pared torácica que durante dos años había crecido y se había extendido por varias costillas. Como parte del procedimiento, los cirujanos necesitaban quitar las costillas afectadas y corregir el defecto cubriendo la zona con una placa de titanio. 

Las placas tienen un tamaño predeterminado y se deben modificar según la anatomía del paciente. Normalmente, esta personalización se lleva a cabo durante la operación en una intervención quirúrgica complicada, sumando horas al tiempo de la misma.

La colaboración del Instituto de Investigación Sanitaria Biodonostia de España, Tknika (un Centro de Investigación e Innovación Aplicada en el ámbito de la Formación Profesional en el País Vasco) y Tecnun (la escuela de ingeniería de la Universidad de Navarra) permitió al hospital el acceso a una impresora 3D de Stratasys como ayuda para extirpar el tumor, ,según informa Gaceta Médica.

“Hace dos años en las cirugías torácicas de tumores pulmonares planteamos la posibilidad de utilizar modelos impresos en 3D para aportar una información adicional previa a la cirugía”, explicó a esta publicación especializada en sanidad Jon Zabaleta, cirujano torácico del Instituto de Investigación Sanitaria Biodonostia.

Con la creación de un modelo 3D preciso y anatómicamente exacto a la pared torácica, los especialistas pudieron planificar, realizar y perfeccionar la resección en el modelo 3D antes de la intervención quirúrgica. “El modelo 3D te aporta mucha más información. El cuerpo humano está en tres dimensiones y a través de la radiología, interpretas una sucesión de imágenes en dos dimensiones. 

Ahora lo que hemos conseguido es dar un paso más y no tener que interpretar directamente. Esto ofrece ventajas para algunos tipos de cirugía que son mas complejas técnicamente y te facilita tener un modelo del propio del paciente para trabajar sobre él antes de la propia intervención”, continúa el cirujano quien añade que llegas a la operación “con un entrenamiento hecho, ahorrando también tiempo quirúrgico”.

En este caso concreto, los cirujanos necesitaban un modelo impreso en 3D lo suficientemente fuerte como para imitar a un hueso humano. “Nosotros trabajamos en las posibilidades que ofrece este tipo de tecnología y en conocer las aplicaciones que puede llegar a tener”, subraya Gorka Baqueriza, responsable de Fabricación Aditiva de Tknika.

 “Tenemos dos tecnologías principales; una es Polyjet, que es una resina liquida de base acrílica que se solidifica por ultravioleta y permite modelos más flexibles que juegan con las transparencias y con distintas durezas, y la tecnología FDM, que es un filamento termoplástico que permite piezas más robustas. Según el caso se elige la tecnología que se ajuste mejor a las necesidades del hospital”, puntualizo.

Este proyecto ha apostado desde el primer momento en un abordaje multidisciplinar en el que trabajen en conjunto cirujanos, radiólogos e ingenieros.

“Creemos que esto no lo tiene que hacer un técnico solo o un médico solo. Hay partes del proceso en las que el médico no está suficientemente formado y del mismo modo ocurre con los ingenieros que provengan de la formación profesional. Por ello, apostamos por que haya personal que sepa hacer este trabajo en colaboración con los profesionales sanitarios”, destaca el cirujano del Instituto de Investigación Sanitaria Biodonostia. Por su parte, Baqueriza también confía en que la industria avance para que este tipo de procesos se automaticen y no sean tan complejos.

La impresión en 3D está dando sus primeros pasos en la aplicación sanitaria pero Zabaleta reconoce “que aún queda mucho camino por recorrer” y que el reto de siempre “es si seremos capaces de crear órganos vivos impresos en 3D. Piel y cartílago ya se imprime pero el gran handicap es que los órganos vivos necesitan sangre. Si fuéramos capaces de crear un nuevo páncreas se acabaría la diabetes o si creamos un riñón, el problema de los trasplantes”.

María Lahuerta, responsable en España de la Tecnología de Impresión 3D Stratasys, asegura que hoy en día esta tecnología ya se esta usando “y poco a poco la industria vemos como este tipo de tecnología se va integrando en beneficio para los pacientes. Las primeras etapas se están cumpliendo y en los próximos 10 o15 años traerán novedades muy importantes a nivel de materiales que sean biocompatibles”.

Actualmente, el objetivo de esta colaboración es formar un equipo multidisciplinar que trabaje para crear bajo demanda los mejores modelos quirúrgicos impresos en 3D para el hospital. Aparte de los modelos para cirugía torácica, han creado modelos para cirugía maxilofacial, cirugía vascular, traumatología y cirugía general.

La experiencia de Biodonostia en el tratamiento de tumores complejos en la pared torácica fue expuesta a la Sociedad Española de Cirugía Torácica con la pretensión de convertirse en «centro de referencia» para este tipo de simulación con modelos en 3D para todo el Estado. Zabaleta señala que desde entonces han sido 23 los hospitales españoles que se han dirigido al centro guipuzcoano de investigación sanitaria con sus casos y para los que se han realizado 36 moldes.

 Pero la experiencia está yendo más allá y se han desarrollado también modelos, otros 19, para casos cirugía maxilofacial, vascular y general. «Cada vez se nos ocurren más utilidades», precisa el médico a El Mundo.

Fundamentalmente son dos los tipos de impresión que se realizan. El FDM, en el que un filamento termoplástico se funde en el cabezal de la impresora y va depositando el material para crear el modelo según la lectura que haga del escáner y el denominado polyjet, que utiliza resinas y va depositando minúsculas gotas de forma muy precisa por luz ultravioleta, además en distintos colores. Esta última técnica es muy precisa para visualizar páncreas, por ejemplo, donde es fundamental ver los vasos en distintos colores, mientras que la primera es muy precisa para huesos.

Respecto al costo de cada molde, Gorka Bakeriza, de Tknica, explica que se limita al costo de los materiales, pero que puede oscilar entre los 30 y los 700 euros, dependiendo de lo complejo y el tamaño del mismo. Añade también que es un proceso muy rápido, que no retrasa los tratamientos médicos, ya que en 24 horas se dispone del molde.

María Lahuerta destaca también que esta técnica es muy útil también para el paciente ya que se le puede explicar sobre una réplica de su propio cuerpo lo que el cirujano le va a practicar en el quirófano, lo que implica que «va a saber muy bien lo que se le va a hacer y así evita el estrés del paciente originado muchas veces por el desconocimiento».

Todos coinciden asimismo en la importancia que puede tener esta técnica en la formación futura de los médicos y profesionales sanitarios con la posibilidad de desarrollar réplicas exactas de cualquier órgano así como para el estudio de casos concretos con moldes en 3D."                 (Imprimalia, 15/01/19)

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