La primera es que hemos llegado al final de la era en la que Occidente dominaba la historia mundial (no al final de Occidente, que seguirá siendo la civilización más fuerte durante muchos más años).
La segunda, que vamos a presenciar un tremendo renacimiento de las sociedades asiáticas. El discurso estratégico occidental debería estar centrado en cómo adaptarse y, sin embargo, no ha sido así. Para empeorar aún más las cosas, Occidente ha pasado de ser competente a ser incompetente a la hora de enfrentarse a numerosos problemas mundiales, desde la amenaza del terrorismo hasta la importancia de mantener vivo el régimen de no proliferación nuclear.
Esta incompetencia, que, como es natural, tiene consecuencias desastrosas, agrava la sensación de inseguridad de Occidente. Y el resultado es que, como Occidente no cambie de rumbo, nos dirigimos hacia una verdadera crisis en la gestión de nuestro mundo.” (KISHORE MAHBUBANI: La positiva ascensión de Asia. El País, ed. Galicia, Opinión, 13/02/2008, p. 35)
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