4/11/16

La impresión 3D pone en cuestión el fordismo (el sistema de producción en cadena) y permitirá una nueva reindustrialización

"Raphaël Gorgé dirige el grupo empresarial familiar francés homónimo, que se ha caracterizado en los últimos años por su fuerte apuesta por la impresión 3D. 

Aunque, obviamente, habla preferentemente sobre su país, su análisis sobre lo que está ocurriendo y lo que podrá ocurrir en el futuro con esta tecnología interesa en sociedades homólogas a la francesa. Por tal motivo, nos hacemos eco de esta entrevista concedida a la revista Capital.

Pregunta: ¿La impresión 3D está todavía limitada a los prototipos?

Respuesta: Hay que distinguir tres etapas en la historia de la impresión 3D. Se comenzó a utilizar, hace ya veinte años, para realizar prototipos en plazos muy cortos. Desde hace cinco años es usada en producción para realizar piezas definitivas o moldes industriales. Hoy estamos iniciando una nueva fase: los productos serán diseñados desde el principio para ser impresos en 3D.

P: ¿Qué cambia?

R: Podemos imaginar objetos más ligeros, con nuevas características de elasticidad, resistencia al calor, capacidad de enfriarse rápidamente... Los objetos que tengan una función mecánica no seerán ya concebidos en función de nuestra capacidad de fabricarlos, sino en función de la utilización que se espera darles. Si podemos pensar en un objeto, podremos fabricarlo.

P: ¿Es una oportunidad para la fabricación en Francia?

R: Es evidente. La impresión 3D pone en cuestión el fordismo (el sistema de producción en cadena creado por Henry Ford, el fabricante de automóviles). Algunas fabricaciones que exigen mucha manipulación y son producidas por mano de obra barata acabarán haciéndose mañana en Francia. Por ejemplo, las prótesis dentales. Esto no es una reubicación, sino una nueva actividad que se avecina.

P: La impresión 3D, al igual que los robots, amenaza el empleo...

R: Sin duda, pero entre una fábrica que integra la impresión 3D en Francia y una fábrica francesa que se deslocaliza en el extranjero, prefiero claramente la opción primera.

P: ¿Dónde se instalarán las máquinas? ¿En su fábrica, en la sede del cliente industrial, en la tienda?

R: El modelo ideal aún no se ha encontrado. Todas esas opciones podrían coexistir. Firmas especializadas en impresoras 3D que harán piezas para un solo sector. Fábricas polivalentes como Initial, nuestra factoría cerca de Annecy, en la cual fabricamos piezas para toda clase de industrias. Se puede también imaginar unidades agrupadas, más locales o urbanas.

P: ¿Qué sectores son los más amenazados?

R: Casi todas las industrias hacen prototipos por impresión 3D. En la producción, un sector como el aeronáutico la utiliza ya mucho, para piezas de plástico o de metal. De igual modo, la creación de moldes en bisutería y joyería se hace cada vez más en 3D. 
El sector médico, porque cada paciente tiene una morfología diferente, comienza también a pasarse a la impresión 3D. Bastarán también menos de 500 días para que la industria de las prótesis auditivas basclen al 100% hacia este sistema de fabricación.

P: Cada persona, ¿deberá tener su cuerpo escaneado?

R: Es más que probable. Tanto para el cirujano que os intervendrá en la rodilla como para el fabricante de zapatos que os hará suelas adaptadas a la morfología de vuestro pie. Es bastante realista imaginar que en el futuro se nos hará  una suela ortopédica personalizada en las tiendas.

P: Fabricar en 3D, ¿es más barato?

R: Si nos ceñimos al coste de fabricación, raramente es más barato. Pero hay que tener en cuenta otros factores. La impresión 3D permite crear piezas complejas que no nos atrevimos a imaginar. Si se trata de fabricación a demanda, se lográn economías de utillaje (los moldes son muy caros) y de estocaje de piezas de repuesto.
 La reducción de peso que permite esta tecnología es a veces decisiva. En el sector aeronáutico se estima que un gramo de menos equivale a un dólar economizado durante la vida de un avión. Por otra parte, las máquinas van a ser cada vez más productivas y se podrán fabricar series de algunos centenares de objetos.

P: ¿Se avecina una revolución industrial?

R: El término se usa en exceso, pero creo que podemos afirmarlo. Las historias de éxito mundial de los últimos años han sido casi todas digitales. Se asiste a una revancha de la industria. No creo que vea tal crecimiento en mi vida de empresario.

P: La consultora Xerfi estima en 15.000 millones de euros el mercado mundial en el año 2020. ¿Qué opina al respecto?

R: Es muy difícil de prever. Estamos en 4.000 millones actualmente. La actividad 3D del grupo Gorgé ha pasado en tres años de 100.000 euros a 18 millones de euros. Es todavía muy poco para todo aquello que podríamos hacer. El potencial es enorme y ya ha empezado la carrera. No es extraño que HP y Google se hayan interesado (por la impresión 3D).

P: Los líderes mundiales ¿son americanos?

R: Hay tres actores signficativos en el mundo. Dos americanos, Stratasys y 3D Systems, y un francés en tercer lugar, Prodways, filial de nuestro grupo. Nosotros cubrimos todo el espectro: la concepción y la fabricación de máquinas, reconocidas por su productividad y precisión; la investigación sobre los materiales; nuevas aleaciones metálicas; plásticos biocompatibles.... y fabricamos las piezas.

P: Paradójicamente, el mercado doméstico no descuella...

R: Se ha fantaseado mucho sobre el asa rota del frigorífico que se podría construir y reemplazar desde el propio hogar. En realidad hay pocas utilidades para el gran público y se le puede dejar imprimir objetos a la unidad en las oficinas de su barrio, suerte de copisterías de la impresión 3D. La implantación de la impresión 3D en los hogares vendría a ser una especie de "aplicación asesina", pero todavía falta para inventarla."                 (Entrevista a Raphaël Gorgé, Imprimalia, 03/11/16)

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