"Entre los franceses, el grupo Gorgé
presentó su gama de impresoras 3D más rápidas y precisas: "una para
fabricar prótesis biomédicas en resina densa, otra para el prototipado
rápido y una tercera para las coronas dentales", explicaron.
La start-up francesa Sculpteo vende cubiertas para iPhone personalizadas, hechas con estas impresoras. Los colosos estadounidenses General Electric y Rolls-Royce utilizan el mismo principio para hacer piezas de motores para aviones. (...)
Todavía anecdótico, el empleo de impresoras 3D en la industria está llamado a aumentar en los próximos años. "El dinero está en la producción, no en el prototipo", subraya Tim Caffrey, de Wohlers Associates, una consultora de EE.UU. especializada en el tema. (...)
Una prueba de lo muy seriamente que las industrias se están tomando estas tecnologías es que General Electric, el mayor grupo industrial del mundo, acaba de comprarse una firma de ingeniería especializada en impresión 3D, para poder hacer cientos de miles de componentes para aviones meidante fabricación aditiva a fines de esta década (ver "Motores..."). Para 2020, GE Aviation espera hacer 100.000 toberas de combustible para motores a reacción con este proceso. (...)
La impresión 3D ya está teniendo un efecto demostrable en la economía. Tradicionalmente, ha sido de gran utilidad para crear prototipos. Pero como GE y otros lo están mostrando, las impresoras serán capaces de producir cada vez más componentes y productos finales.
En 2012, el 28,3% del mercado mundial de impresión 3D de US$2.200 millones estaba atado a la producción de componentes para productos finales y no ya a prototipos, según el Wohlers Report 2013. Ese vuelco podría tener implicancias profundas para la economía.
Hoy por hoy, la impresión 3D aun es una pequeña parte del sector industrial. Para los productos de consumo de producción masiva, el moldeo por inyección es más rápido y barato.
Sin embargo, cada vez más, la industria va a usar impresoras de 3D para complementar sus equipos obsoletos con el objetivo de hacer productos especializados. En algunas décadas, una empresa aeroespacial como GE podría fabricar jets en plantas silenciosas, con hileras de impresoras 3D produciendo en serie piezas de última generación en competente soledad, y sin obrero alguno a la vista.
Para muchas compañías, la lógica de esta tecnología ya es evidente. La primera ventaja es la eficiencia. Dado que las impresoras 3D generan un objeto poniendo capas de plástico u otro material guiadas por un archivo de diseño, pueden eliminar el desperdicio típico de la manufactura tradicional, en la cual hasta el 90% del material puede llegar a perderse.
Pueden imprimir partes interconectadas, y reducir o eliminar la necesidad de ensamblaje. Y son capaces de crear objetos con geometrías y complejidades internas, a diferencia de las máquinas industriales tradicionales." (SinMordaza.com, 09/12/2013)
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