Face Recognation es tan poco invasivo como sencillo. Así lo explica José María Choclán: "A través de una cámara, el software comprueba que la persona que intenta acceder al edificio es la misma que está autorizado para ello. Esto lo hacemos sin grabar rostros, tomando un algoritmo numérico que se corresponde con el patrón facial del usuario. O sea, una especie de mapa topográfico del rostro".
Lo que la cámara envía al ordenador de control de acceso es una serie de 250 elementos que se corresponden, en cada caso, con los puntos biométricos de los rostros: distancia entre los ojos, dimensiones de la nariz.... "Si alguien robara la serie, no tendría posibilidad alguna de recrear la cara de la persona a la que corresponde".
"Les afectaba mucho la incidencia de la luz, la persona tenía que mirar de frente a la cámara... Muchas empresas intentaron vender el producto antes de validarlo y eso provocó muchos recelos. Nosotros", añade Choclán, "decidimos empezar a trabajar con los ingenieros de la Universidad Politécnica de Alicante para así dar el salto tecnológico que necesitábamos".
La idea de F7 Corporation nació de su necesidad de subsistencia. "Nos dimos cuenta de que no había ningún sistema de reconocimiento facial que funcionara a través de sistemas Web. Vimos que, si podíamos hacerlo funcionar con una simple webcam, podríamos validad aplicaciones a través de las webs de las empresas".
Habían encontrado la solución al phishing. "Nos las prometíamos muy felices hasta que la banca, a la que enseguida intentamos captar, nos dijo que nuestra aplicación antiphshing estaba bien, pero que era una más".
Los mismos que les habían cerrado una puerta, les abrieron otra. "Nos preguntaron si nuestro software podría utilizarse en los cajeros automáticos". Aunque Martí y Choclan no lo veían muy claro, no tuvieron otra opción: o arriesgaban o nadie compraría un producto que no añadía nada nuevo a lo existente.
"Fueron seis meses de pruebas para adaptar el programa a las condiciones variantes, sobre todo de luz, que se dan en la calle, donde están instalados los cajeros". La Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) les ayudó a probar el sistema.
El Face Recognition pasó la prueba y, hoy por hoy, la aplicación de F7 Corporation es única en el mundo. "El sistema opera desde el momento en que se introduce, por primera vez, la tarjeta en el cajero. Entonces, el software empareja al titular de la tarjeta con la persona que está delante de la cámara. De esta forma, la siguiente vez que se use la tarjeta, el sistema comprobará la relación entre el titular y el usuario en ese momento y el patrón facial registrado". Si no hay relación, el cajero bloquea la tarjeta." (El País, Ciberpaís, 28/01/2010, portada)
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