“Otero ha conseguido sintetizar muy largas moléculas de polímeros (plásticos) que inmersas en una solución salina se curvan y encogen al paso de la electricidad. Lo nunca visto: plásticos que responden a señales eléctricas. "En mi laboratorio hemos desarrollado el primer músculo artificial basado en los movimiento de estas moléculas", explica. "El dispositivo tiene una conciencia primitiva".
Conciencia primitiva debe entenderse como la capacidad del músculo -formado por dos láminas de polímero separadas por una cinta aislante y sometidos a una corriente eléctrica, según se vio en Bruselas- de actuar y responder a obstáculos o fuerzas y de arrastrar objetos o detenerse si es lo aconsejable. "Trato de desarrollar un modelo que junta la mecánica, la ciencia de los polímeros y la electroquímica, tres componentes que la mayoría de los científicos consideran incompatibles", dice Otero.
¿Hacia dónde apunta su investigación? "Sabemos adónde queremos llegar", responde con pasión y convicción.
"El músculo artificial puede sustituir al natural. Estamos abriendo una ventana al futuro: se pueden hacer robots de musculatura artificial, sondas para llegar a zonas inalcanzables del cuerpo, órganos artificiales, mecanismos para adelantarnos a la enfermedad... cosas que no podemos ni imaginar". ¿Y eso cuándo? "Si se pone dinero y se elige a los mejores, en muy poco tiempo", responde.” (Toribio Fernández Otero, un catedrático de
Un músculo concienciado... a base de polímeros.
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