Juan Roig, el presidente y propietario de Mercadona, admite que el modelo de relación con sus proveedores "es clave para el éxito" de la cadena de distribución. El primer acierto de Roig fue convertirse en prescriptor. En lugar de ofrecer doce marcas de leche, Mercadona elige una y la viste con una marca propia. Las estanterías de exposición se reducen en la misma proporción, y en una tienda de entre 900 y
Para cada producto o gama de productos, un proveedor. Y cuando la relación se estrecha, salta a interproveedor. Mercadona opera con 109 interproveedores a los que garantiza el negocio de por vida. Sus relaciones son, cuando menos, peculiares. La cadena de supermercados aplica con ellos la política que denomina de libros abiertos. Con todos los datos del balance sobre la mesa, Mercadona pacta con sus interproveedores los beneficios que deberían obtener a partir de un cierto volumen de negocio que garantiza la cadena. Y si los números no cuadran, serán los interproveedores los que tendrán que revisar sus procedimientos. Parece una relación esclava, pero funciona. (El País, Negocios, 18-03-07, pp. 8)
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