"Hasta ahora, la impresión 3D ha estado dominada por los polímeros, y la
mayoría de la gente que utiliza estas máquinas la usa para hacer todo
tipo de objetos de plástico, desde carcasas de teléfonos móviles a
piezas de ajedrez.
Una nueva impresora 3D de bajo costo desarrollada por
el equipo de Joshua Pearce de la Universidad Tecnológica de Michigan
(Michigan Tech), en Estados Unidos, podría añadir martillos y otros
objetos metálicos a esa lista.
El diseño detallado, así como el software
y el firmware, están disponibles gratuitamente y son de código abierto,
lo que significa que cualquiera puede usarlos para hacer su propia
impresora 3D con la que fabricar objetos metálicos.
Pearce es el primero en admitir que su nueva impresora todavía es un trabajo en progreso. Hasta el momento, los productos que él y su equipo han producido no son más intrincados que una rueda dentada. Pero eso se debe a que la tecnología es aún primitiva y hay que perfeccionarla más.
Pearce es el primero en admitir que su nueva impresora todavía es un trabajo en progreso. Hasta el momento, los productos que él y su equipo han producido no son más intrincados que una rueda dentada. Pero eso se debe a que la tecnología es aún primitiva y hay que perfeccionarla más.
Pearce lo considera una simple cuestión de tiempo, y se remite al hecho
de que, a fin de cuentas, las primeras impresoras 3D para trabajar con
plástico también eran bastante toscas, pero en poco tiempo se han vuelto
asombrosamente sofisticadas.
Usando menos de 1.500 dólares en concepto de materiales, incluyendo un pequeño soldador MIG comercial y un microcontrolador de código abierto, el equipo de Pearce ha construido una impresora 3D para objetos metálicos que puede ir colocando capas delgadas de acero para formar objetos geométricos complejos. Ya existen impresoras comerciales para objetos metálicos, pero cuestan en torno al medio millón de dólares.
Usando menos de 1.500 dólares en concepto de materiales, incluyendo un pequeño soldador MIG comercial y un microcontrolador de código abierto, el equipo de Pearce ha construido una impresora 3D para objetos metálicos que puede ir colocando capas delgadas de acero para formar objetos geométricos complejos. Ya existen impresoras comerciales para objetos metálicos, pero cuestan en torno al medio millón de dólares.
La nueva impresora para metal es menos costosa que muchas impresoras 3D
comerciales para plástico, y es lo bastante barata como para usarla en
el hogar, según Pearce.
Sin embargo, por razones de seguridad, Pearce
sugiere que por ahora las impresoras de esta clase se usen solo en
talleres habilitados para soldadura, y por personas con experiencia en
soldadura, ya que el manejo de una impresora 3D para metal requiere más
equipamiento de seguridad, incluyendo dispositivos de protección contra
el fuego, que la típica impresora 3D para plástico.
Aunque la impresión 3D para metal abre nuevas y beneficiosas
perspectivas, también hace que reaparezca con más fuerza el fantasma de
las armas de fuego de fabricación casera. Algunas personas ya han
fabricado armas de fuego con impresoras 3D comerciales tanto para metal
como para plástico, con resultados diversos.
Aunque Pearce admite que
durante el desarrollo de la nueva impresora tuvo algunas noches de
insomnio, también cree que los beneficios que traerá la fabricación de
objetos metálicos mediante impresión 3D superarán con creces los
problemas que genere.
En trabajos anteriores, su grupo ya había mostrado que fabricar productos en casa con una impresora 3D es más barato para el estadounidense promedio que comprarlos, y que imprimir bienes en el hogar resulta más ecológico que comprar bienes comerciales.
En trabajos anteriores, su grupo ya había mostrado que fabricar productos en casa con una impresora 3D es más barato para el estadounidense promedio que comprarlos, y que imprimir bienes en el hogar resulta más ecológico que comprar bienes comerciales.
Estos cálculos muy probablemente sean aplicables pronto a otras
naciones en las que la impresión 3D está despegando con fuerza y se
beneficia cada vez más del abaratamiento derivado de un uso amplio y de
la posibilidad de reciclar materiales.
En el trabajo de investigación y desarrollo también han trabajado Gerald C. Anzalone, Chenlong Zhang, Bas Wijnen y Paul Sanders." (NCYT, 30/12/2014)
En el trabajo de investigación y desarrollo también han trabajado Gerald C. Anzalone, Chenlong Zhang, Bas Wijnen y Paul Sanders." (NCYT, 30/12/2014)
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