3/9/10

¡No somos prensa!

"¿El responsable de la publicación? WikiLeaks, la elusiva y novel organización a medio camino entre una agencia de inteligencia privada, un ejército de hackers y expertos informáticos y un nuevo tipo de canal de difusión de información. (...)

El sitio se define a sí mismo como un servicio público internacional diseñado para proteger a delatores, periodistas y activistas.

Aunque no se considera parte de los medios: "No somos prensa", afirma su fundador, Julian Assange. Son, dice, un grupo dedicado a defender fuentes de información. Lo que WikiLeaks proporciona es la plataforma para realizar las filtraciones: anónimas, sin intermediarios y sin otro objetivo que el de hacerlas públicas; se trate de correos electrónicos personales o de documentos clasificados que pongan en riesgo la seguridad nacional de países.

El objetivo es utilizar la Red para desafiar los secretos de Estado y obligar a la clase política a que rinda cuentas y opere de manera más transparente. Un terreno tradicionalmente reservado a los medios de comunicación que hoy, con la apertura de las redes y la multiplicación de los canales de difusión, organizaciones como WikiLeaks han comenzando a disputar.

Estamos ante el surgimiento, en palabras de Jay Rosen de la Universidad de Nueva York, de la organización informativa "sin Estado" -stateless-. Es decir, el nacimiento de un nuevo agente capaz de impactar informativamente en prácticamente cualquier país del mundo al tiempo que no se sujeta a ningún tipo de acuerdo tácito o explícito con Gobierno nacional alguno (una forma de control a la que siempre han estado sometidos los medios tradicionales).

Su decisión de proporcionar el material por adelantado a Der Spiegel, The Guardian y The New York Times fue una astuta medida que sobre todo consideró la ayuda que brindarían para interpretar y hacer digeribles los miles de folios escritos en jerga militar -una posibilidad que no utilizó cuando publicó el vídeo de la matanza en el centro de Bagdad-. En pocas palabras, es David utilizando a Goliat.

Además, en una era en la que el coste marginal de distribuir información ha descendido prácticamente a cero, surge también una nueva manera de valorar las noticias que explica en parte por qué WikiLeaks adelantó la información a tres medios cuidadosamente seleccionados. "Pensarías que cuanto más importante es un documento, más interés generaría en la prensa", afirma Assange. "Pero no es así. La clave ahora está en la oferta y demanda. Oferta cero aumenta la demanda, le otorga valor. Tan pronto como un material se publica en la Red y su oferta se hace infinita, el valor percibido se reduce a cero". Una nueva y por ahora confusa lógica que domina ya la era de la sobreabundancia de información.

Hablamos de un trasvase de poder sin precedentes: de los medios tradicionales a nuevos actores cuya fuerza principal reside en saber utilizar la ubicuidad de la Red para cambiar el sentido de los flujos de información; invertir el orden y tomar por asalto aquellos espacios que ya sea por negligencia, incompetencia o complicidad, los medios de comunicación y el Estado han dejado desocupados. Repentinamente y debido al poder de las redes, surge un nuevo tipo de organización capaz de reclamarlos e imponer sus exigencias.

Pero, así como las demandas hoy provienen de una organización que exige transparencia y apertura en los Gobiernos, mañana podrían venir de grupos terroristas o el crimen organizado, de especuladores financieros o grupos de interés. El mayor atractivo de las redes -anonimato, viralidad, interconexión-, afirma Evgeny Morozov, estudioso del tema, es también su mayor debilidad. Siempre se han utilizado y se podrán utilizar en cualquier sentido y para cualquier propósito." (DIEGO BEAS : El nuevo ecosistema de la información. El País, Opinión, 05/08/2010, p. 21)

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