“Sin nostalgia, y al otro lado de los nuevos artesanos, estarían los tecnófilos, algo así como los nuevos funcionalistas. Son ellos los que han conseguido que la frialdad de los antiguos objetos racionalistas se aligere hasta desaparecer visualmente. Sus propuestas trabajan una imagen transparente y limpia del progreso. Así, livianos, sutiles, casi etéreos, sus productos arrasan en el ámbito de las telecomunicaciones gracias a la nanotecnología y a los nuevos materiales.
La Boom Bag, del colectivo holandés Gro Design, es una bolsa realizada con tela impermeable para altavoces en la que no solo puede cargarse un MP3 y su batería. La propia bolsa puede hacer de altavoz y convertir un MP3 de uso personal en un elemento para uso colectivo. Entre los nuevos materiales, el aerogel o humo helado parece tener el futuro asegurado. Además de ser el sólido conocido de menor densidad, es también un magnífico aislante. Y tiene capacidad para absorber la contaminación. Junto al aerogel triunfan los nanotubos de carbono porque son muy resistentes, mas duros que el diamante, y además extensibles. Pero entre todos los que llegan, Charlotte y Peter Fiell apuntan que la innovación mas significativa podría ser el descubrimiento, y el aislamiento, del grafeno bidimensional: un piano único de átomos de carbono en forma de rejilla muy resisten-te y con una conducción mil veces mayor que el cobre. El grafeno es económico y fácil de producir. Ellos creen que sustituirá al silicio en la fabricación de transistores y procesadores. Y que aumentara la potencia informática.
Los nuevos productos y los nuevos materiales inteligentes tienen algo en común: son minúsculos. Así, la tecnología de la comunicación portátil podría llegar a ser tan pequeña que los aparatos se podrían implantar en el cuerpo. (Anatxu Zalbabeascoa: Diseño moral. entre lo exclusivo y lo verde. El País Semanal, 16-12-07, pp. 111/2)
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