6/3/17

Italia salva con una impresora 3D obras destruidas por Estado Islámico en Palmira


" Los terroristas del grupo terrorista Estado Islámico (EI) las destruyeron salvajemente, a golpe de martillo, cuando tomaron la histórica ciudad de Palmira. Pero ahora dos antiquísimas esculturas -símbolo del "arte herido" en la antigua ciudad de Siria, cuyas ruinas greco-romanas son Patrimonio Mundial de la Unesco-, recobraron su esplendor gracias al trabajo de restauradores italianos, que utilizaron técnicas de avanzada, como la impresión en 3D.

Se trata de dos altorrelieves del siglo II-III d.C. -un busto masculino y otro femenino-, que se encontraban en el Museo Nacional de Palmira, arrasado por EI, que llegaron a Roma hace unos meses para ser exhibidas, aún destruidas, en una muestra que hubo en el Coliseo, titulada "Renacer de la destrucción, Ebla, Nimurd, Palmira".
Ya restaurados y a punto de volver a Siria, los bustos, que representan el arte funerario de Palmira, fueron presentados hace unos días a la prensa extranjera en el Instituto Superior de la Conservación y del Restauro, de esta capital.

Antonio Iaccarino Idelson, uno de los restauradores del equipo, destacó que si bien Italia recibe desde hace décadas obras de todo tipo desde el exterior, "porque la restauración italiana es famosa en todo el mundo", es la primera vez que dos obras llegan desde un país aún en guerra. Las esculturas pudieron salir de Siria, en efecto, después de que la Asociación Incontro di Civiltá, presidida por el ex ministro de Cultura y ex alcalde de Roma, Francesco Rutelli, logró sellar con la Dirección de Antigüedades de Damasco un acuerdo "muy complejo".

Vista la situación aún de guerra que vive Siria, Italia se comprometió a devolver las obras restauradas "lo antes posible". "Es una ayuda simbólica que da Italia porque reconstruir partes faltantes de las esculturas ayuda a superar la pérdida. Es como una reconstrucción después de un terremoto", indicó Iaccarino Idelson.
El trabajo de restauración de los bustos -de piedra calcárea local, de 50 centímetros por 60-, duró un mes y participaron full time cinco personas. ¿Fue difícil? "El trabajo fue hecho de modo bastante automático, porque después de haber recompuesto las partes que habían sobrevivido, reprodujimos la parte faltante", contestó a LA NACION el experto.

 "Con un escáner 3D obtuvimos la imagen tridimensional de la parte faltante de la parte superior de la cabeza del busto masculino, que reprodujimos con una impresora 3D y volvimos a colocar con imanes. El método de restauración italiano, en efecto, se basa en dos principios: reconocibilidad y reversibilidad. La restauración de la obra debe ser reconocible y, también, reversible, porque siempre puede haber técnicas mejores de recuperación de la obra en el futuro", explicó.

¿Cuál fue el costo de la restauración? "Como todas las operaciones que tienen una fuerte componente artesanal, fundamentalmente hay que compensar las horas de trabajo, es decir que el costo no fue tan significativo", dijo Iaccarino Idelson, que destacó que "la impresión 3D ya empieza a costar poco".
"Si no las hubiéramos salvado, estas obras ya no existirían, ya que hoy Palmira aún es zona de conflicto y de terrorismo internacional", subrayó Rutelli, que ante el drama que vive Siria, pero también muchas otras partes del planeta víctimas de la barbarie, el año pasado propuso ante la Unesco crear una nueva fuerza de paz especializada: los "cascos azules de la cultura".

 Preguntado por el hecho de que, para sacar estas dos obras de Siria, Italia tuvo que colaborar con las autoridades de Damasco, consideradas dictatoriales, Rutelli destacó que "el compromiso es salvar algo que es patrimonio de la humanidad, independientemente de quien lo controla". En este sentido, recordó el "ejemplo español": "aunque se trata de algo poco conocido, durante la guerra civil española franquistas y republicanos colaboraron para salvar el patrimonio artístico español.

 Madrid estaba bajo sitio, pero las dos partes aceptaron que un convoy dejara la ciudad con las obras de arte", evocó. "Italia es super-partes, y creemos que la cultura tiene que funcionar como un puente para superar las diferencias", concluyó."                        (La Nación, 25/02/17)

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