2/1/17

La impresión 3D se abre paso en la industria de la moda

Camiseta diseñada en 3D por Moisés Nieto (GTRES)

"La industria de la moda se está adaptando a la nueva era tecnológica. En los últimos años, varios diseñadores han experimentado con la impresión en 3D, que ahora ha llegado al mundo de la joyería de la mano de Diana Law . Holandesa afincada en París, boceta piezas únicas que todavía sorprenden al espectador cuando se entera de que se han hecho con una impresora. 

La diseñadora abandonó su trabajo en los atelieres parisinos de Alta Costura para emprender su marca homónima de accesorios en 2014. Ese mismo año, lanzó su primera línea confeccionada con esta técnica. Explorer, inspirada en los antiguos descubridores, estaba compuesta anillos, pendientes, colgantes y brazaletes con formas geométricas de lo más originales.

Las piezas, creadas con diferentes tipos de materiales y adornadas con cristales de imitación de Swarovski, tuvieron bastante éxito entre los clientes de la autora, que no dudaron en pagar el alto precio que costaban las joyas, entre los 198 y los 1.070 dólares. 

Recientemente Law, que se define como una “abanderada del movimiento post-Alta Costura”, ha sacado a la venta su nueva colección para primavera-verano 2017. La línea Voyager, inspirada en los elementos de los años 20, es un poco más económica que la anterior (de los 147 a los 582 dólares) y se han utilizado materiales más sostenibles y acero inoxidable que embellecen las piezas.

Joyas diseñadas por Diana Law (Diana Law)

En esta ocasión, Law no solo se ha centrado en las joyas, sino que ha ampliado su oferta con diademas y diferentes tocados que aportan un toque elegante a la cabeza. “Quería hacer algo diferente para el mercado. No solo que fuera único, sino que me distinguiera de la competencia”, apuntó el día de la presentación de la nueva línea

La diseñadora también experimentó hace unos años con una mini colección de bolsos en diferentes colores que tuvo mucha repercusión. “Puede que por la precisión durante el proceso de construcción o por la mecánica de investigación y desarrollo, cada diseño es muy especial, es un proceso muy minucioso”, reconoció Diana.

Diana Law

Para la joyera, una de las ventajas de utilizar las impresoras 3D es la rapidez. Las piezas de plástico tardan entre 7 y 10 días en obtenerse, mientras que las metálicas tardan de 10 a 15 días. Otros puntos favorables son el ahorro económico y la posibilidad que se tiene en poder retocar las joyas mientras se están imprimiendo. 

Además, según Law, utilizar esta técnica juega a favor de la sostenibilidad en la moda, ya que se trabaja con la cantidad exacta de material que se necesita para crear una pieza. De esta manera, no se tiene que desechar elementos y la producción es más eficiente.

La joyera apunta que de cara al futuro su objetivo es utilizar diamantes para complementar sus joyas, así como diferentes piedras preciosas. “Aportarán lujo a unas joyas que tienen un diseño innovador, definitivamente, es el próximo paso que voy a dar”, afirmó hace unas semanas la holandesa. 

Los vestidos mágicos de Hussein Chalayan: antes de que apareciera la revolución del 3D, el diseñador más innovador y que experimentaba con tecnología portátil de muchas formas complejas fue Hussein Chalayan. Le gustaba hacer diseños que iban más allá de la funcionalidad y revolucionó las pasarelas con prendas que desafiaban las nociones preconcebidas relacionadas con la definición que se tenía en aquel momento de la ropa.

Una de sus colecciones más memorables fue la que presentó para la primavera-verano 2007, Morning Dress, en la que una serie de piezas se transformaban a medida que las modelos iban avanzando por la pasarela. Los vestidos se encogían, se levantaban, se transformaban e incluso cambiaban de color gracias a unos microcontroladores que integró el diseñador en el interior de los trajes. 


Dita Von Teese lució el primer vestido confeccionado en tres dimensiones: 2013 fue el año en el que el 3D empezó a sonar como una de las tecnologías del futuro en la industria de la moda. En marzo, el diseñador de interiores Michael Schmidt y el arquitecto y diseñador Francis Bitonti crearon un vestido impreso en tres dimensiones para la modelo Dita Von Teese. La musa erótica lució un diseño, inspirado en la proporción áurea, que parecía una red.

El vestido negro, con escote generoso y mangas abultadas, se creó usando la técnica de sinterizado selectivo láser y se fabricó con capas de polvo de nylon fusionadas. Una curiosidad: Swarovsky quiso sumarse a este proyecto con 12.000 cristales negros que se pegaron uno a uno en las diferentes partes del diseño que, posteriormente, fueron ensambladas a mano. 


Los ángeles de Victoria’s Secret y sus alas en 3D: A finales de ese año tuvo lugar el famoso desfile de Victoria’s Secret, que quiso sorprender a su público y a las modelos con dos pares de alas diseñadas con esta técnica. Bradley Rothenberg, uno de los gurús de esta tecnología, creó los accesorios que lucieron Cara Delevingne y Lindsay Ellingson durante el show.

La británica desfiló con el modelo Musical Notes Wing, unas alas negras de tamaño pequeño, mientras que la californiana lució el look Snow Queen, unas alas blancas que recorrían una parte de sus brazos y una corona que simulaba un copo de nieve. Todo estaba realizado con cristales de Swarovski. 

Tras la exitosa pasarela, Rothenberg se ha dedicado a ayudar a diseñadores de moda que han querido hacer prendas impresas, sobre todo, a aquellos artistas que desfilan en la Semana de Moda de Nueva York.

Diseños en 3D realizados por Noa Raviv (Noa Raviv)

Los diseños imposibles de Noa Raviv: una de las modistas que más ha destacado con sus diseños en tres dimensiones es Noa Raviv. En 2014, la israelí ganó el premio a la mejor diseñadora del año en el certamen internacional 3D Printshow por su colección realizada con esta técnica.

 La línea, inspirada en las esculturas clásicas griegas, sorprendió por sus prendas llenas de curvas y composiciones complejas que acercaban la moda a un nuevo mundo lleno de infinitas posibilidades.
Un año más tarde, una estudiante de diseño de la Universidad de Shenkar (Israel), Danit Peleg, presentó como proyecto final su propia línea de ropa realizada con impresoras 3D caseras.

 La israelí, de 27 años, dedicó más de 2.000 horas a la producción de esta colección e invirtió casi un año en planificar todo el proceso. Para llevarlo a cabo contó con la ayuda de las compañías Tech Factory Plus y XLN e impresoras Pursa, Markerbox y Witbox, con las que pudo realizar las prendas. En un vídeo, la diseñadora muestra todo el trabajo y se puede ver cómo se imprimen las piezas con las máquinas.


Las firmas de lujo también se rinden al 3D: algunas de las marcas más reconocidas de la industria también se han atrevido en los últimos meses a crear sus diseños con esta técnica. Uno de los más lanzados ha sido el diseñador Karl Lagerfeld.

 El director creativo de Chanel presentó en su desfile de alta costura de otoño-invierno 2015/2016 uno de los míticos trajes chaqueta de tweed de la firma creado con una impresora 3D. Con este paso, el káiser transmitió el mensaje que la moda estaba progresando y, por tanto, se debía adaptar a las nuevas tecnologías. 

 A la izquierda, el traje de tweed de Chanel y a la derecha, las zapatillas de Versace, ambos realizados con la tecnología (GTRES)

Otra casa que ha seguido los pases de la maison es Versace, aunque de una forma más discreta. La marca italiana ha lanzado una colección de zapatos, los Medusa, que tienen incorporados en la solapa su logo impreso en tres dimensiones.

 A nivel español, Moisés Nieto presentó en la última edición de la pasarela Mercedes Benz Fashion Week Madrid una colección pionera. El diseñador apostó por el reciclaje con una serie de camisetas hechas con plásticos de botella que se imprimieron en tres dimensiones. Ante los medios de comunicación, el jiennense afirmó que sus diseños eran “los primeros del mundo realizados en 3D biodegradables”.

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