"(...) Pero, ¿cómo trabaja Amazon? ¿Es sólo lo que vende o los datos que
obtiene con ese proceso comercial? Cómo todo en la red, la capa de datos
es clave y en Amazon no es una excepción. Google te lo ‘regala’ todo y
encantados de la vida les damos toda la información que nos pide.
La
mayoría de redes hacen lo mismo. Nada es gratis.
Estamos pagando con el comportamiento que mostramos cuando buscamos un
producto, cuando informamos dónde estamos, o cuando diferenciamos el
tiempo que tardamos en aceptar una oferta. Detalles 'sin importancia'
para nosotros que son muy sensibles para ellos.
Estuve en el almacén de Amazon en San Fernando de Henares durante la filmación del episodio ‘e-commerce’ del programa ‘Economía de Bolsillo’
y es realmente impresionante. Un monumental espacio que como todo en
Amazon está impulsado por los datos.
El rendimiento personal se
comprueba, según el New York Times, continuamente con un software llamado Anytime Feedback Tool
que ayuda a la eficiencia y al reconocimiento de algún elemento a
corregir. Otro sistema digitalizado e inteligente guía a los empleados
de manera directa. Cuando compras un artículo en su página, el sistema
funciona de forma rápida e identifica en que lugar del almacén está ese
producto.
El sistema indica al empleado más cercano dónde está y cómo
llegar a él. No se trata de aprender dónde están las cosas sino de
simplificarlo todo. Casi a evitar que se piense. La máquina ya piensa en
términos logísticos y de eficiencia, no es necesaria ninguna otra
aportación humana.
Y casi mejor. Sería imposible aprenderlo pues debido a una fórmula algorítmica sofisticada, Amazon ha descubierto que es mejor no tener las cosas ordenadas sino en un aparente caos organizativo.
Llama la atención que los productos no están organizados lógicamente, o
por lo menos bajo la lógica humana. Los productos en los estantes no
están organizados por categorías.
Parecen colocados por azar. Un paquete
de baterías puede estar cerca de cinco copias de ‘Una hormiga en
París’. Un carrito de bebé está en el pasillo de fontanería. Todo tiene
una lógica oculta, profunda, indescifrable para un humano.
¿Qué
pasa luego? Cuando un artículo es seleccionado por un humano este lo
escanea y empieza la fiesta. Durante todo su recorrido por el almacén,
guías automatizadas, carriles y brazos selectores, recibe una serie de
disparos que son más lecturas para saber que se va cumpliendo todo
adecuadamente. Sin embargo todo esto tiene un objetivo que cada vez más
se irá implementando. La sustitución humana de los trabajos que
cualquier sistema automatizado pueda hacer.
La BBC informó
que Amazon maneja un sistema que analiza los dispositivos de mano de
los trabajadores que seleccionan productos en algunos almacenes a fin de
medir los segundos que tardan en cada acción entre selección y
selección. En el almacén de Hemel Hampstead, cerca de Londres, el
trabajador ‘selector’ medio de Amazon puede recoger un millar de
artículos al día.
Depende del ‘recorrido’ que el sistema le conceda.
Casi dos artículos por minuto. Si el tema es competir en ese campo está
claro quien no va a poder con un sistema automatizado. El elemento
humano es el eslabón débil en esa cadena de eficiencia.
Los nuevos sistemas de recolección de artículos basados en el Robot Kiva Systems
puede estar apunto de jubilar un modelo de trabajo logístico en breve.
De hecho Kiva es una subsidiaria de la propia Amazon y se dedica al
desarrollo de alta tecnología robótica. La idea no es tener un brazo
armado que recolecte y luego envíe los artículos.
En realidad es la
montaña que va a Mahoma. Esos robots que parecen la escoba automática
que muchos tenemos en casa permite que sean las estanterías las
que se muevan y se desplacen buscando el estacionamiento ideal para la
recolección más eficiente. Luego, el bicho vuelve a su lugar de carga.
No
obstante se nos dice que siempre harán falta humanos. Sus ojos, su
criterio de calidad, la visión es imprescindible. Pues igual no. Existe
otra compañía llamada ‘Sick’ (enfermo en inglés curiosamente) que ha
inventado un equipo de detección que podría estar apunto de jubilar al
‘control de calidad óptico-humano’.
El sensor visual del P30
Sick permite que ahorrar 10 segundos entre la detección del artículo y
la colocación del mismo en el carril de entrega con respecto al tiempo que necesita el ojo humano. Un montón de dinero en definitiva.
Lo
que me interesa del caso Amazon en cuanto a la automatización de
procesos, la eliminación de trabajo humano y la sustitución de sistemas
inteligentes centralizados es que siempre hay un resquicio que exige la
intervención humana pero que, a la vez, siempre tiene la espada de Damocles ‘robótica’ pendiente de aniquilar su puesto de trabajo.
Las
operaciones están cambiando y no sólo en Amazon, es generalizado. Según
el Informe Anual de la Industria MHI 2016, se espera que la adopción de
la robótica llegue al 74% en aplicaciones de manipulación de materiales
en los próximos seis años. Actualmente no llega al 30%. Tengo ganas de
ver cómo desde la política nos sugieren que se va a crear empleo en ese
justo momento.
Cuanto más ágil y sensible es un robot a los estímulos
externos más útiles son para interactuar con los trabajadores humanos.
En un entorno de distribución, donde la mayoría de las tareas son
repetitivas, sencillas y físicamente exigentes, las ventajas de un
trabajador incansable que no se aburre son evidentes.
Muchos
siguen tranquilos pensando que los robots se limitarán a esas tareas
repetitivas pero se olvidan que el desarrollo va en otro camino. En
breve esos mismos robots serán capaces de hacer tareas inexactas e impredecibles
en base a un grado de mayor conciencia del espacio, el objeto y el
motivo de su ‘trabajo’. Y ahí se acabó lo que se daba humanamente
hablando.
La clave será el desarrollo de algoritmos de control
adaptativo que permitan a los robots para reaccionar a su entorno en
tiempo real. Esta tecnología ya existe, y fue visto en el Modex
en Atlanta el pasado abril. La Science-Ficcion ha pasado a ser
Fact-Science. Swisslog demostró que es compatible trabajar en algo
arriesgado con un humano al lado. Su brazo robótico se detenía cuando
identificaba riesgo para un ser humano." (Marc Vidal, 22/06/16)
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