"Hemos encontrado que hay dos tipos generalizados de escenario: uno en que el espectador puede tratar de buscar información sobre sus equipos deportivos, o informaciones sobre el tiempo y las noticias locales. Es un tipo de información que depende mucho del lugar y del momento en que el espectador se encuentra. Otro escenario es el del aprendizaje. Uno puede utilizar su dispositivo móvil para aprender, para practicar materias como los idiomas, un contenido audiovisual que podría producirse y emitirse en breves espacios de tiempo, para que el usuario acceda a ellos desde su teléfono o dispositivo mp3 en el tiempo que pasa viajando al trabajo o a casa".
Ése es el futuro: pantallas que se solapan, que convergen y se unen en lugares antes no imaginados, como el bolsillo del pantalón, el salpicadero del coche o la puerta de la nevera. Pero eso no significa que Internet vaya a conseguir penetrar de lleno en el salón de casa a través de la pantalla televisiva. Parece que, hasta la fecha, el telespectador ha preferido limitarse a ver contenido televisivo y a decidir qué es lo que ve y cuándo lo deja de ver. Pero pasar de controlar el mando a navegar en la Red puede ser un paso demasiado grande como para que los fabricantes de televisores vean una oportunidad de negocio fiable." (El País, ed. Galicia, 09/04/2009, p. 29)
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