“Tras sus obligadas adhesiones inquebrantables, asoman comentarios irónicos o nerviosos sobre la "sociedad armoniosa", el nuevo mantra de Hu y Wen, que incide en la necesidad de, por ejemplo, poner coto a la rampante desigualdad entre sectores sociales y regiones, o frenar el robo descarado al campesino -que China practica desde la época de Mao, con la venta obligatoria al estado a precios subvencionados (el robo "comunista") continuado hoy con el negocio de la expropiación de tierras (el robo "de mercado"- Véase "El robo del siglo" en este diario), que algunos cifran en medio billón de euros (500.000 millones), lo que significa que la acumulación originaria de capital, tanto de la primera industrialización, como de la actual segunda industrialización/urbanización, reposa sobre las espaldas de la misma mayoría social (¡eh aquí un punto de unión entre "comunismo" y "mercado" en China!).” (…)
La ley de la propiedad legitima el saqueo de patrimonio estatal practicado por los nuevos ricos. "El Partido es vuestra única representación", se les dice. Las puertas del Partido se abren a todo el mundo. Por lo menos una tercera parte de los empresarios chinos que registraron sus negocios después del año 2001, son hoy miembros del Partido Comunista, según la estadística de
Hay que intentar que esos sectores se sientan representados y lo más cómodos posible en el Partido Comunista, sin ofender a otros sectores, incluidos los campesinos, que, pese a todo, en China cuentan mucho más que en India. Esa es la esencia de la ley de la propiedad recién aprobada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario