28/5/15

Un ingeniero promueve la fabricación de filamento para la impresión 3D en un barrio deprimido de Sevilla

"Ni jubila sus inquietudes ni dimite de su afán por contribuir a forjar una Sevilla más próspera. José Manuel de Ben, tras una larga trayectoria profesional en empresas como Sainco, Telefónica, Standard Electric y Campsa, amén de su faceta como consultor, y tras muchos años de residencia en Madrid y Tenerife, regresa a Sevilla (España) en 2013 y se afinca con su pareja, María Melgar, en un piso de su propiedad en Las Letanías (uno de los barrios más deprimidos de la ciudad).

 Es el impulsor de 3D Impact, la empresa que va a iniciar su actividad en naves industriales sitas en la Avenida José Galnares, mediante acuerdo con el CADE de Andalucía Emprende. (...)

Quiero impulsar actividad industrial en el Polígono Sur. La impresión en 3D es una tecnologia disruptiva que se desarrolla a gran velocidad, y muchos jóvenes de Formación Profesional pueden encontrar su oportunidad.

-¿Qué datos les comenta sobre la impresión en 3D?

Está creciendo un 40% anual. Ya se venden impresoras 3D en Alcampo, Media Markt, El Corte Inglés,... Será parte de la vida cotidiana. Nos hemos dado a conocer, en marzo, en el Printshow 3D en Madrid, y viendo cómo avanzan las formas de fabricación. Por ejemplo, cómo se puede fabricar una pieza en cualquier lugar sin necesidad de realizarla ni transportarla desde la sede central, con un ahorro enorme de dinero, tiempo y logística. Pensemos en la pieza de repuesto para un coche fabricado en Japón que circula por Sevilla.

-¿En qué consiste 3D Impact?

Constituida como una cooperativa, pretende generar empleo no solo para profesiones que diseñan mediante la tecnología (ingenieros e informáticos) sino también para personas con menos titulación. El sector de la impresión 3D requiere de un consumible: el filamento plástico. 

 Los principales fabricantes están en China, Estados Unidos, Países Bajos y República Checa. Ante esta avalancha de más producción de plástico, que causa graves problemas medioambientales (tres kilos de huella de carbono como contaminación, por cada kilo de plástico fabricado), vamos a ser pioneros en reciclar plástico del que se tira a la basura y producir con él filamento. 

En la primera fase, compraremos material plástico a empresas de reciclado. En la segunda fase, tendremos nuestro propio sistema de recogida selectiva (contenedores con sensores para recoger los residuos en el momento más eficiente), y maquinaria de reciclado para disponer de nuestra propia materia prima.

-¿Y la empresa puede ser competitiva y rentable?

Llevamos muchos meses trabajando en el proyecto y asesorándonos. En la primera fase, que durará un año, se crearán cuatro puestos de trabajo. En la segunda, cuando comencemos la recogida y reciclaje, el plan es llegar a tener dieciséis trabajadores. Será una empresa con un triple balance de beneficio: económico, medioambiental y social. Es crucial en los inicios que los principales clientes del sector 3D nos verifiquen y homologuen, nos pongan a prueba.

-¿Hay más iniciativas industriales en el Polígono Sur?

La excelente labor educativa en la zona por parte de profesores de Primaria, Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional, muy implicados con sus alumnos y sus necesidades, ha de ser continuada por empresarios que apuesten por actividades de este tipo y no limitarse siempre al sector servicios. Y por empresas industriales que, durante una fase inicial, compren parte de la producción de esas pymes cuando están en la búsqueda de sus primeros clientes para asentar el negocio y el empleo. Jóvenes con ingenio y talento hay de sobra en el Polígono Sur. 

En 3D Impact, con las impresoras que tendremos para hacer pruebas, crearemos un vivero de jóvenes y fomentaremos que practiquen e inventen como diseñadores industriales. 

-¿Cómo ha asumido la nueva cultura del 'coworking'?

Estamos encantados. Mientras se pone a punto la nave, disponemos en Los Remedios de sitio en RES (Espacio de Resiliencia Creativa), nos lo ofreció Carlos Lora. La actividad profesional, industrial y empresarial ya no puede ser como antes. Los sistemas de fabricación, y las propias fábricas, van a cambiar totalmente. Hay que fomentar la unión de 'seniors' y 'juniors', enriquece mucho la calidad y viabilidad de los proyectos. 

Espíritu colaborativo para afrontar un mundo tan complejo y competitivo sin querer abarcarlo todo en solitario, sino mediante sinergias con personas de diversas edades, especialidades y procedencias. Y para un mercado global, no en función de los condicionantes locales."           (Imprimalia, 27/05/2015)

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